Para mi la fisioterapia es ayudar a las personas mejorando su calidad de vida. Mi primer contacto real con la fisioterapia fue en Marruecos. Tenía 18 años. Participé en un proyecto de cooperación internacional de rehabilitación e integración para niños con discapacidad. Un viaje que me cambió, me hizo crecer tanto a nivel profesional como personal.
Estudiando el grado de fisioterapia en la universidad de Oviedo, se despertó mi interés por el suelo pélvico. Y en cuanto terminé hice el Máster especializado en Disfunciones del Suelo Pélvico en la Universidad de Valencia. Allí pude formarme en disfunciones de suelo pélvico en la mujer, el hombre y el infante, fisioterapia en procesos oncológicos, sexología, drenaje linfático, gimnasia abdominal hipopresiva…
El suelo pélvico es un desconocido para muchas personas pero tiene una gran influencia en nuestra calidad de vida. Mi objetivo es visibilizarlo para poder prevenir y tratar sus disfunciones. Para ello, es imprescindible aprender a conocer y escuchar a nuestro cuerpo. Gracias a mi profesión puedo orientar, facilitar la información, diagnosticar el problema y acompañar durante el proceso de recuperación.
Escuchar a mis pacientes y comprender su situación es esencial para poder proporcionales lo que necesitan desde el respeto y el cariño.
Por ello, no paro de formarme, para poder dar lo mejor de mí a mis pacientes, de quienes aprendo cada día más y que me ayudan a seguir creciendo como persona y fisioterapeuta
